martes, 30 de agosto de 2011

El monstruo

El monstruo habita en cinco metros cuadrados. Hay en su celda un camastro bajo una ventana, una silla de madera y una mesa vieja que soporta como puede una montaña de papeles, una pluma, un tintero y velas, de las cuales se enciende una a la hora de trabajar.
El monstruo duerme a veces en el alféizar mirando al exterior, y en ocasiones cae y se golpea con la esquina de la mesa. Otras veces enloquece y se pone a correr por la habitación y a chocar con las paredes, y de repente se para y pega la oreja a la puerta. Fuera oye gritos y lamentos y entonces se calma y se acuesta en la cama o en el suelo y se duerme por un rato.
El monstruo a veces vomita y a veces defeca sobre sus papeles y los arrastra por las paredes, y se emborracha con el peor de los venenos hasta perder la noción del tiempo. Después despierta y le duele el pecho y tiene la sensación de que está tumbado sobre arenas movedizas.
Es posible visitarlo pero se esconderá bajo la cama y no querrá sino rebuznar. Se tapará la cara con sus ropas y se pondrá violento si se le intenta tocar. El guardia tirará de la cadena atada a su cuello y él gritará de dolor pero nadie podrá verle ni enseñarle fotografías en blanco y negro.
El monstruo a veces es un caballo y otras veces una rata. Come pan duro con gusanos y habla con los escorpiones y se tapa los oídos con plumas de colibrí.
Y así su vida pasa entre los barrotes como castigo por un crimen del que ya ni siquiera se acuerda.

5 comentarios:

  1. mmm... por un momento me han entrado escalo fríos! que miedito... está noche lo pasare mal por tu culpa, por eso decido seguirte junto al resto de visitantes XD.

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  2. Gracias, A.M.P., aunque no es realmente una historia de miedo sino una metáfora sobre la angustia. En cualquier caso me alegro de que te haya gustado, así que bienvenido.

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  3. Qué grande, muy escatológico, me gustan los textos que no intentan limitarse con lo grotesco.

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  4. Gracias, Javier. Como digo, realmente no trata de un monstruo encadenado sino que es una descripción de la angustia en general y particularmente de los límites que nos imponemos a veces a nosotros mismos. Tal vez más adelante intente reescribirlo para que se pueda leer de las dos maneras sin que una quede por encima de la otra.

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  5. Me gusta, es oscuro y opresivo... Creo que la metáfora está currada y conseguida :-D Besito!!

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